domingo, junio 17, 2007

Mundo dificil

Le trate de explicar que no era necesario ponerle tantos anzuelos y ninguna carnada. Le di el negocio, poca cosa. Abstención de intelectuales. Nada mas le tenia que señalar el lugar y darle el visto bueno con el pulgar en alto.
Ahí salio, zigzagueando unos pasitos en el aire que imitaban la clásica corrida.
Le dio el dinero, vio el pulgar y se fue acompañado.